Tras el confinamiento, a finales de 2019, por la llegada del COVID-19 muchas personas comenzaron a realizar actividades físicas en sus hogares a pesar de la parada obligada que, en la mayoría de los personas, propició un incremento en su peso corporal, sin embargo, otros más conscientes tomaron la decisión a voluntad de cambiar su estilo de vida por una más saludable que incluyera ejercicios.
Las malas prácticas en el entrenamiento a cuenta propia no se hicieron esperar, de inmediato aumentaron las consultas por lesiones musculoesqueléticas en Clínica ETMA, afortunadamente nuestros pacientes cuentan con nuestro maravilloso equipo de rehabilitación kinésica traumatológica, tecnología avanzadas con protocolos de vanguardia a cargo de nuestro Kinesiólogo Álvaro Díaz, quien aborda estas lesiones, evita que empeoren y previene que otras estructuras se vean afectadas.
Las lesiones por las que más nos consultan son: dolor en las rodillas, lesiones en tobillo, dolor en el cuello, lumbago, entre otras. Aunque curiosamente la población sedentaria por teletrabajo también está sufriendo trastornos músculo-esqueléticos al abusar de posturas viciosas de manera prolongada. Vienen en busca de ayuda especializada que les revierta estas dolencias. También han obtenido apoyo y guía profesional con planes de entrenamiento inteligente que les ha mejorado notablemente su salud y calidad de vida.
En tal sentido, Díaz detalla que con el ejercicio el cuerpo propicia la adaptación de nuestros sistemas osteomuscular y nervioso, preparándolo para cualquier carga menor como las posturales, señala que el cuerpo humano está diseñado para el movimiento, no para el reposo.
Por su parte, Cristian López, kinesiólogo de ETMA y experto en manipulación de tejido blando, nos habla sobre la técnica Graston que emplea instrumentos ergonómicos para manipular el tejido muscular, tendinoso y ligamentoso, mediante una variedad de frotes multidireccionales (stroke techniques), detecta y trabaja esos pequeños cúmulos de adherencias lesiónales que padecen algunos de nuestros pacientes.
Estos estímulos traen grandes beneficios, entre ellos el reordenamiento de las fibras de colágeno, el aumento del flujo sanguíneo, libera elementos bioreguladores que facilitan el proceso regenerativo y la relajación muscular para reducir o liberar la tensión que genera la contractura de tejidos. De esta manera nuestros pacientes logran superar con éxito estas lesiones musculoesqueléticas y continuar con sus actividades diarias de manera positiva, a pesar de la pandemia.